Los smartphones modulares parecen ser una de las tendencias que más expectativas han generado en los últimos meses.
Nos tienen algo asombroso preparado los responsables del Paddle, un smartphone que literalmente cambia de forma.
Este dispositivo desarrollado por investigadores de la Universidad Hasselt de Bélgica consta de un diseño que recuerda en cierta medida al cubo de Rubik y que se compone de ocho módulos cuadrados que se doblan y despliegan para adoptar diversas formas.
El resultado es el de un smartphone que es capaz de tomar la forma de un brazalete, una tableta, entre otros. Como explicaba Raf Ramakers, uno de los responsables del desarrollo, “cuando Paddle se despliega completamente es casi del tamaño de un iPad, pero cuando se dobla llega a ser más pequeño que un iPhone“.
El diseño actual hace uso, eso sí, de dos componentes externos: un sistema de seguimiento óptico y un proyector. El primer elemento calcula la posición de todos los marcadores en 3D al combinar imágenes de las ocho cámaras infrarrojas por las que está formado, y registra también la posición de los dedos para habilitar la interacción táctil.
Por su parte el proyector es el que representa la información en el dispositiv y la distorsiona en base a los movimientos de los dedos del usuario. En el futuro quieren ofrecer un sustituto del sistema de seguimiento con pantallas OLED o de tinta electrónica, y podrían tener un prototipo funcional en 12 o 18 meses.
La idea pretende explorar un nuevo segmento de dispositivos que combinan la flexibilidad de las pantallas táctiles con las ventajas que ofrece interactuar con objetos con distintas formas.
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