Científicos estadounidenses diseñaron una máscara para dormir que permite crear, controlar y dibujar a gusto de cada uno los sueños.
A primera vista parece una máscara común y corriente, similar a la que piden los pasajeros en aeronaves o utiliza la gente en lugares poco propicios para descansar.
No obstante, en realidad se trata de un dispositivo especial que guarda en su interior seis luces rojas: demasiado débiles para despertar al durmiente, pero bastante visibles para llamar la atención del cerebro humano.
Las luces pueden ser programadas para que se enciendan en una secuencia determinada. Cuando una persona entra en el sueño, de movimientos oculares rápidos (REM por sus siglas en inglés), es decir la en la fase de los sueños, las señales se encienden.
La idea es simple: las luces rojas intermitentes a distancia le indican a la persona que está soñando, por lo que podría ser capaz de dirigir su contenido sin despertarse.
Los dos creadores de la novedosa máscara, Duncan Frezier y Stephen Makgigen, tienen tan solo 30 años. Frezier asegura que utiliza su obra predilecta varias veces por semana, aunque admite que entrar en la fase del sueño lúcido no es tan fácil.
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